Hoy se ha hecho oficial que una parte de ese Madrid mío pasará a ser un recuerdo más. El Rock Palace finaliza una etapa y unos amigos darán un nuevo paso adelante para poder escudriñar qué hay tras esa línea infinita e inapelable que es el horizonte, ese renglón con el que nos sorprendemos al descubrir que cuando una página se acaba, otra a su lado nos aguarda. Puede parecer que apenas hay que atreverse a levantar la mirada, pero eso tan solo lo hacen los valientes, los que rehuyen la seguridad de la colmena asidos a la cobardía de la comodidad.
Gracias a la gente que durante estos cinco años nos ha dado de beber y de escuchar. Gracias por haberme dado el lujo de poder compartir recuerdos en lo que nos queda por escribir. Gracias por los abrazos y gracias por hacer Madrid.
El Palacio del Rock. |
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