sábado, 15 de agosto de 2020

HODEI

El vagón parece querer negarse a dejar atrás Miranda de Ebro bajo este cielo más propio de un otoño desperezándose que de un doce de agosto. Entre los claros que salpican un gris quebrado por riscos y postes, el tren se aferra a un interminable parón y a varias arrancadas infructuosas como un niño a su madre el primer día de colegio.

Este camino de Madrid se enzarza entre sus raíles y me zarandea y sacude sin tregua. Soy rehén de una inercia cortada a trompicones que parecen anunciar un trayecto incómodo y largo. Una de las últimas sacudidas me ha sorprendido repasando estos últimos siete días en Barren Plaza, entre los ecos de los brindis, las canciones, y las risas de un verano en la costa de un pueblo con mar pero sin puerto. Como era de esperar, en cuanto crucé tu puerta, no tardamos en hacer nuestro ese ejercicio ajeno de celebración, tal y como hemos hecho desde que tropezamos en el escenario de Guardaetxea hará unos quince años. Compartir contigo todo este tiempo, esta distancia en nuestras vidas, no hace más que confirmarme la existencia de cosas buenas entre mediocridades televisadas, flaquezas personales e idas y venidas a la madurez y la insensatez propia y ajena.

Hodei, muchas gracias por ofrecerme tu amistad. Muchas gracias por dejarme disfrutar de tu bondad y tu calma. Muchas gracias por dejarme ver como se te ha ido encaneciendo el pelo. Muchas gracias por dejarme admirar la pausa de tu sonrisa entre acordes distorsionados, cervezas rotas y carreteras vertidas sobre cientos de escenarios sudados. Muchas gracias por demostrarme que tienes un pecho inabarcable, con un corazón tan enorme, que es capaz de albergar a todo el mundo, e incluso a alguien como el que te escribe estas palabras de agradecimiento. Déjame decirte que creo sinceramente que nos haces mejores a todos los que tenemos la suerte de considerarnos tus amigos. Eres un éxito de persona. Somos muchos los que te queremos, pero permíteme que sea hoy yo el que te lo diga a ti y a cualquiera que se acerque a estas líneas.

Maite zaitut, lagun.

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