Hoy arrancan las vacaciones de verano de Martina. Está en el mismo momento que yo en junio del 84, recibiendo al verano con el abrazo abierto de una niñez que se apura con la caricia de los diez años.
Yo, que la observo desde el vértigo de la paternidad, me pregunto si habrá en su futuro algo de estos días, algún recuerdo, algún detalle, cuando sea ella la que esté en mi lugar. Ojalá sea así y sonría como lo estoy haciendo yo ahora mismo.
Feliz verano a todo el mundo. Gol de Señor.
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